Aceites bio-miméticos en cosmética: escualano vs. parafina

Aceites bio-miméticos en cosmética: escualano vs. parafina

Cuando hablamos de cosméticos para piel seca, buscamos fórmulas ricas aceites que ayuden a retener más hidratación y mejoren la sensación áspera de la piel. 

A menudo nos surge una duda. ¿son los aceites naturales mejores que los de síntesis? Cuando echamos un vistazo al INCI, ¿qué nos gusta más? ¿Un jojoba seed oil o un paraffinum liquidum?

A la hora de elegir un buen emoliente - que es la manera técnica de llamar a los aceites que tratan la piel seca - hay distintos factores a tener en cuenta.

Pero empecemos por el principio.

¿Qué son los emolientes?

Los emolientes son ingredientes que suavizan y mejoran la sensación de la piel. Forman una película fina en su superficie, que ayuda a retener agua y a rellenar pequeños espacios entre las células. El resultado es una piel más hidratada, lisa y suave.

Pueden ser naturales (aceites, mantecas) o sintéticos (siliconas, derivados del petróleo). 

Los emolientes biomiméticos van un paso más allá. Tienen una alta afinidad cutánea, es decir, la piel los reconoce como “propios” y los integra en la barrera lipídica. Son los aceites y mantecas que utilizamos en todas las fórmulas de Lamixtura.

Un ejemplo de emoliente biomimético es el escualano. Este aceite se encuentra de forma natural en nuestra piel, componiendo nuestro sebo. Va a protegerla de la deshidratación y mantener su elasticidad.

Como es bio-mimético, el escualano de nuestras fórmulas se integra perfectamente en la barrera lipídica. No sólo ejerce un efecto emoliente en superficie, sino que recarga nuestra piel con lípidos esenciales aportando nutrición real. 

El aceite mineral (paraffinum liquidum), en cambio, no aporta lípidos que la piel reconozca o incorpore.

Es una mezcla de hidrocarburos que poco tiene que ver con la estructura de nuestra piel. Y esto no significa que no tenga actividad emoliente. Porque la parafina recubre y suaviza, pero no nutre la piel. 

El escualano, un emoliente estrella

El escualano es uno de nuestros aceites activos favoritos y por eso se encuentra en cada una de nuestras fórmulas

Cuando se descubrió el escualano, se obtenía del hígado del tiburón (o escualo, de ahí su nombre). Pero desde los años 80, su origen controvertido llevó a la industria a buscar alternativas menos violentas y más respetuosas con los animales (cruelty free).

Ahora se obtiene principalmente de la oliva o la caña de azúcar.

Es un emoliente muy hidratante pero de tacto ligero y se absorbe fácilmente sin dejar residuo graso. Un clásico que no falla, las formuladoras llevamos usándolo durante décadas.

Escualano con eficacia demostrada

No todos los escualanos son iguales; hay distintas calidades disponibles en el mercado. Con distintas procedencias, y grados de pureza. Y con más o menos estudios que respalden si eficacia.

Nuestro escualano se obtiene por fermentación de la caña de azúcar y está certificado natural por Ecocert. Es el más activo del mercado, con varios estudios que demuestran su eficacia:

  • Reduce la rugosidad de la piel y difumina en un 50% la apariencia de las arrugas en la zona del contorno de los ojo
  • Aumenta un 10% la elasticidad de la piel y mejora la función barrera al reducir la evaporación de agua a través de la pie
  • Es hidratante de efecto inmediato y también de larga duración; mantiene las piel hidratada después de cuatro horas.
  • Además, es no comedogénico e incrementa la renovación celular.

Y el escualano es sólo uno de los múltiples lípidos activos que forman parte de nuestras fórmulas. Oleo-destilado de maracuyá, manteca de cupuaçu, aceite de macadamia... 

Nuestra apuesta es clara: formulamos con aceites bio-afines de alta eficacia, que nutren la piel profundamente.

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